A pesar de un malentendido con uno de los Guardias del DUQUE DE BUCKINGHAM, D’ARTACAN está convencido de que éste tendrá su audiencia con la REINA. La REINA quiere evitar la guerra entre Francia, España e Inglaterra. Para probar su buen hacer, envía al DUQUE DE BUCKINGHAM de vuelta a Londres con una carta y su propio collar. Todos los hombres del Cardenal RICHELIEU están a la expectativa pero D’ARTACAN y los TRES MOSQUEPERROS consiguen poner a salvo el barco del DUQUE DE BUCKINGHAM, quien les muestra su gratitud entregando a D’ARTACAN una daga.