Tras destrozar con su garrote algo que no debía, la pequeña Minima, nuestra cíclope enana, empieza a pensar que no pinta nada en la Academia. Al mismo tiempo, Cadius, que vuelve en barco a Roma, es atacado por unos cíclopes piratas de tres metros de altura, liderados por un capitán de menor estatura y extraño aspecto que es el único que habla el lenguaje de los humanos. Para salvar el pellejo, Cadius les cuenta que unos guerreros despiadados han esclavizado a un cíclope enano en Cornucopia y que, si le perdonan la vida, les guiará hasta él. Esto causa un gran revuelo, porque, según la leyenda, un cíclope enano es un ser muy especial destinado a guiar al pueblo de cíclopes gigantes. En Cornucopia, mientras atacan a nuestros gladiadores, garrote en ristre, los cíclopes furiosos divisan a Minima, dejan de luchar y empiezan a hacer reverencias a su nueva gobernante. Al sentirse importante de repente, Minima no puede resistir la tentación de dar órdenes y tomar decisiones absurdas para su p