Cuando se encuentra la grabadora de Donata y la fiscal Tataranni escucha su contenido, descubre que Lombardi no era en verdad el amante de la chica, sino su padre, por lo que la sospecha del asesinato recae en el diputado. Pero también en este caso la verdad no es lo que parece, e Imma llegará hasta el final involucrando en ello a Calogiuri, que mantuvo una relación con la amiga de Donata. En el entorno familiar, parece que Valentina ha despertado su interés en la cocina, y mientras, Pietro se da cuenta de que está más enamorado que nunca de su mujer.