Un país para comérselo viaja a otro país: Andorra, a caballo entre Francia y España. El viaje de Ana Duato por el “pequeño país de los Pirineos” descubre una nación labrada con el esfuerzo de un pueblo que ha hecho suyo el lema de su escudo: “la virtud unida es más fuerte”.Situado en medio de los Pirineos, y a pesar de que dispone de muy poco espacio para la agricultura, los terrenos montañosos de Andorra son ideales para el cultivo de diversas hortalizas de sabores ya olvidados como la trumfa, una patata autóctona que crece en altura y con la que Ana aprenderá a elaborar una receta de alta montaña: el trinxat con boletus. Otro de los triunfos de los andorranos sobre este terreno difícil es el poder hacer miel y vino a mucha altitud e incluso adaptar la planta del tabaco al duro clima de este país.Ana Duato disfruta de una cocina de sabores muy marcados y auténticos para soportar los rigores invernales. Platos como la escudella, el jamón a la miel, el arroz de montaña o los cane