Algunas diferencias son obvias, otras son más sutiles. Algunas nos las enseñan en la escuela y otras las vamos aprendiendo a lo largo de la vida. Compartimos muchas características, pero salta a la vista que hombres y mujeres somos dos organismos bien diferentes. Apreciamos las diferencias en las caderas y los hombros, conocemos las diferencias genéticas y hormonales, entonces ¿por qué nos molesta aceptar las diferencias cerebrales? Nos comportamos de forma diferente y eso tiene una base neurobiológica que más vale entender que negar. Tres 14 entrevista a Francisco J. Rubia, neurofisiólogo y director del Instituto Pluridisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid, que nos explica dónde encuentra las respuestas a los interrogantes sobre las diferencias entre los sexos.