El velódromo olímpico Oaka fue el escenario de una cosecha de medallas mayúscula para el ciclismo en pista, que hasta Atenas 2004 había cosechado dos medallas -Barcelona 92, con Moreno Perpiñán; y Joan Llaneras en Sídney 2000- y que se fue de los Juegos griegos con cuatro medallas más. En la categoría de persecución, en la prueba individual, Sergi Escobar se colgó la medalla de bronce, en una competición que el corredor arrancó muy fuerte, marcando un tiempo tres segundos mejor que el que le dio el título mundial solo unos meses antes. En la siguiente ronda clasificatoria, el español acusó el cansancio y se anotó la cuarta mejor marca del día. Era el momento de apretar para subir al podio y en la lucha por el bronce se enfrentó al australiano Hayles. Escobar no le dio opción y a mitad de la prueba ya le sacaba una distancia insalvable. Tras este bronce, Escobar se colgó una segunda medalla de bronce en estos Juegos, esta vez en la prueba por equipos. Además, en su currículo deportivo