La marcha le dió a España siempre muchas alegrías en los Juegos Olímpicos: su primera medalla, su primer oro olímpico y el primera medalla femenina en atletismo. Un bronce para María Vasco que supo a oro debido a las durísimas condiciones en las que tuvo que competir por la humedad. Su marca no era mejor que la de una docena de competidoras, pero su técnica y la suerte se alió con ella en una competición donde hubo muchas descalificaciones y desmayos. A las 10:45 de la mañana sonó el pistoletazo de salida, por delante 20 km para hacer historia. No iba a ser fácil, pero Vasco utilizó una estrategia que le sirvió para ir de menos a más. Diecisiete segundos, esa era la desventaja de la viladecanense en la mitad de la carrera con el grupo que encabezaba la marcha, un inconveniente que se resolvió rápido en favor de la española gracias a las descalificaciones del pelotón delantero. Las piernas le fallaban, pero la cabeza le obligó a seguir. La española entró tercera al estadio, el resto del