En agosto de 2012, Maider Unda se encontraba en la misma situación que cuatro años antes en Pekín: luchaba por el bronce olímpico. Esta vez se lo jugaba ante la bielorrusa Marzalyuk. Unda atacó desde el primer momento, fue la primera en puntuar y controló desde ese instante el resto del combate. Esta vez Unda sí se llevó el bronce a casa.
Maider Unda tuvo que esperar hasta los 21 años para poder participar por primera vez en un campeonato de España, ya que hasta 1998 no había campeonato femenino. Hasta entonces se había entrenado habitualmente con hombres, en una carrera deportiva que era más bien un hobbie que compatibilizaba con la empresa familiar, una quesería que desde la jubilización de sus padres regenta junto a su hermana.
En el ciclo olímpico entre Londres y Río, Unda fue madre. Volvió a la competición, pero sus resultados no acompañaron y no logró clasificarse para ir a los Juegos de Río 2016. Es embajadora del Basque Team y donó en 2020 su maillot de Pekín, en apoyo al per