En el ciclo olímpico que separó Sídney de Atenas, Iker Martínez y Xabi Fernández no pararon de sumar títulos: subcampeones de Europa y del Mundo en 2001; campeones de Europa y del Mundo solo un año después. La fatalidad les sorprendió en forma de lesión cuando Iker se rompió la mano derecha muy poco antes de los Juegos. Ante la imposibilidad de soldar el hueso con escayola -no había tiempo de que soldara antes del inicio de los Juegos- fue operado y supo que tendría que competir con dolor. Ya en Atenas, la igualdad en las regatas fue extrema y en parte debido a la ausencia de viento. La quinta regata se la adjudicaron y eso le dio opciones para liderar la general, empatados con los ucranianos Luka y Leonchuk, y con tres puntos de ventaja sobre los estadounidenses Waldow y Spaulding. En el último recorrido apretaron al máximo porque sabían que no podía ceder más de ocho barcos con los ucranianos y ni más de diez con los británicos Draper y Hiscocks, si querían el oro. Y lo consiguieron.