El equipo de natación sincronizada buscaba su segundo metal en Londres 2012, tras la plata conseguida por el dúo tres días antes. Llegaban a la segunda jornada, la de la rutina libre, en tercera posición y a ocho décimas del equipo chino.
Las nadadoras, enfundadas en bañadores plateados que simulaban escamas de peces, y luciendo un gorro de baño del mismo color -un día antes habían tenido que cortarse el pelo muy corto para que el agarre del gorro fuera total- esperaban impacientes la puntuación. Pero un problema en la mesa de los jueces alargó más de la cuenta esos instantes. En ese momento, la capitana Andrea Fuentes decidió animar al público y al equipo a dar palmas para entretener la espera. A pesar de superar en la nota artística a China, no fue suficiente para alcanzar la plata. El oro en la final por equipos en el Centro Acuático de Londres fue para el equipo ruso, con una puntuación de 197.030 puntos; seguido de China con 194.010 y España, con 193.120.