Los campos del sur de la Península se están convirtiendo en un botín para los ladrones de ganado, los famosos cuatreros . En el último año los robos a agricultores y ganadores han aumentado un 30 por ciento y la gente se siente desprotegida y amenazada. Luis por ejemplo es un viticultor manchego a quien los cuatreros no sólo asaltaron su casa sino que además asesinaron a su madre para poder perpetrar el robo.