Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, los fondos de inversión buscaron nuevos sectores para gestionar su dinero. Ahora están presentes en casi todos los ámbitos económicos. Sanidad pública y energías renovables son algunos de los ámbitos por los que apuestan estas entidades para diversificar. Para algunos es un negocio como cualquier otro, pero algunas malas prácticas especulativas para conseguir dinero rápido, han vinculado a su nombre desconfianza y mala fama.
En diez años los fondos de inversión han multiplicado por cinco su patrimonio en la UE: de 4'5 a 20 billones de euros.