Hace meses un tapón de toallitas del tamaño de seis coches colapsó un colector de la depuradora de Donosti. Este atasco dio a conocer todo un fenómeno de consumo de las sociedades avanzadas: las toallitas se tiran directamente al inodoro, como si de papel higiénico se tratase. Lo que no se conoce es que las toallitas están formadas por una fibra muy resistente que no se degrada, taponando la red de saneamiento de las ciudades y perjudicando al medioambiente. Los atascos que provocan las toallitas son un dolor de cabeza para las comunidades de vecinos, y toda una oportunidad de negocio para las empresas de desatascos. El mantenimiento de las cañerías de los edificios, no se suele hacer de forma regular, por lo que a los poceros nunca les falta trabajo. La Organización de Usuarios y Consumidores culpabiliza directamente a los fabricantes por publicidad engañosa. al no advertir en las etiquetas que no se deben desechar por el inodoro. La realidad es que en el mercado son minoría todaví