En el barrio de Besós de Barcelona, Natzaret y Cristian llevan a dormir cada noche a sus hijos de 6 años a una habitación con el techo completamente apuntalado: "algunas noches se despiertan y vienen a nuestra cama. Tienen miedo y preguntan ¿se va a caer esto encima?". Lo que ocurre aquí es la famosa aluminosis, una enfermedad del hormigón que se empleó en la construcción en los años 60 porque fraguaba rápido, y que años después se está deshaciendo con la misma facilidad poniendo en peligro centenares de viviendas en esta zona de Barcelona. "El suelo del vecino se hundió bastante, y vinieron los bomberos. Han apuntalado todo el edificio y así estamos desde hace un año", contextualiza Natzaret, quien no entiende cómo pudieron venderle una vivienda con estos problemas estructurales. En Xátiva, Valencia, el agua es el problema. Hay filtraciones muy graves de un depósito municipal que está erosionando paredes y cimientos de las casas colindantes: "mira cómo se deshace la escalera, y la pa