La afición por los reptiles como mascota está viviendo un boom en España. En apenas 10 años se han importado más de dos millones de ejemplares. Serpientes, lagartos y geckos entre los más coleccionados por su fácil cuidado y manejo en terrarios. La cara B es el comercio ilegal de especies, el tercer negocio más lucrativo tras el tráfico de armas y drogas. Tener una serpiente en casa era hasta hace unos pocos años motivo de alarma entre el vecindario. Hoy tal vez lo siga siendo, pero nos sorprenderíamos si supiésemos cuantas personas poseen uno de estos reptiles entre sus cuatro paredes sin que nadie se haya dado cuenta.