Los incendios del verano pasado en Zamora se cobraron cuatro vidas humanas y arrasaron más de 70.000 hectáreas de bosques, pastos y cultivos. La agricultura y la ganadería resultaron muy afectadas, pero son sobre todo la apicultura, el comercio de setas y el turismo de naturaleza los sectores que tardarán más en recuperarse.
En una tierra que vive de la agricultura y la ganadería principalmente y de un incipiente turismo de la naturaleza, los incendios han sido un terrible golpe. Porque ya no se trata solo de pastos y tierras de cultivo. Los habitantes del Valle del Tera, de Tábara o de las Tierras de Aliste ya se sentían abandonados por las administraciones antes de los incendios.
En un año de sequía que se pronosticaba extremadamente peligroso, el gobierno de Castilla y León no activó el operativo antiincendios forestales hasta julio, cuando ya se había extinguido el fuego de la Sierra de la Culebra. Los bomberos forestales y los de la Diputación se quejan de la falta de efectivos y