Vivir en los pueblos de montaña no es fácil, y menos aún para las mujeres. El duro trabajo, la falta de perspectivas y el poco rendimiento obligó a muchas de ellas a dejar los pueblos para ir a trabajar a la ciudad. Del Valle del Ponga, en Asturias, marcharon muchas mujeres. Antonia, Isabel, Leoncia, las mujeres que decidieron quedarse no olvidan a las que se fueron.En los pueblos quedaron muchos hombres solos y solteros. Las caravanas de mujeres son un éxito. Lola vino hace un año de la ciudad a vivir en las montañas de Asturias y ha organizado ya dos caravanas de solteros. Muchos hombres como Antonio, esperan conocer aquí al amor de su vida.