Las Islas Canarias, y en concreto Las Palmas, hace años que se han convertido en puerto de referencia en España y Europa para el arreglo y puesta a punto de barcos perforadores y plataformas petrolíferas que operan en otros puntos del Atlántico. Pero la crisis económica del petróleo unida a la crisis sanitaria del Covid han ralentizado el sector, cuyos principales activos se encuentran ahora atracados en el puerto o fondeados cerca, a la espera de nuevos contratos. Mientras tanto, siguen dando trabajo a las empresas que se encargan de llevarles todo lo que necesitan, y a las que solicitan arreglos puntuales. Los inconvenientes causados al sector pesquero, o a las alteraciones en la biología marina de la zona, con la llegada de nuevas especies, no han conseguido hacer sombra a un sector que se ha convertido en uno de los motores del puerto, y de Las Palmas.