Repor ha viajado hasta Salt, una ciudad junto a Girona con más de 30.000 habitantes, 84 nacionalidades y 130 lenguas. La convivencia no siempre ha sido fácil, pero aunque la crisis ha empeorado las condiciones de vida de muchos vecinos, a otros les ha servido para unirse ante adversidades como, por ejemplo, los desahucios.La realidad de Salt ha obligado a su hospital a adaptarse. Las mediadoras culturales traducen y acompañan a los inmigrantes que lo necesitan. También a sus carteros, que, como en el caso de Teresa, han tenido que aprender a gestionar las particularidades del barrio del centro, donde nueve de cada diez vecinos son de origen extranjero.El deporte funciona en Salt como una herramienta para fomentar la convivencia. Repor ha entrado en el Instituto Salvador Suyer, con un 90% de alumnos inmigrantes, para comprobar que el baloncesto y el fútbol sirven para fomentar los buenos hábitos. También el Aula de Capacitación Laboral es un reflejo de la integración ent