Durante décadas, las ciudades han utilizado sus ríos como alcantarillas y vertederos. Poco a poco se han ido recuperando, dejando atrás el concepto de encauzar en hormigón ríos que eventualmente tenían avenidas y provocaban inundaciones como el Zapardiel, en Medina del Campo (Valladolid). En pleno siglo XXI los ríos se ven como una oportunidad para renaturalizar las ciudades, demasiado sobradas de contaminación y cemento y faltas de espacios naturales que actúen como un pulmón verde. Las ciudades quieren recuperar sus ejes verdes y azules no solo por estética, también para mejorar el bienestar y la salud de sus habitantes. La pandemia de la COVID-19 confirmó la necesidad de tener un espacio verde a 5 minutos a pie de casa. Mejora la salud de la ciudadanía y también de la biodiversidad. Un gran ejemplo es el río Arlanzón. Es una vena de vida que atraviesa Burgos y cuent