Los puertos deportivos de toda España presentan una estampa bastante desoladora con cientos de amarres vacíos e infinidad de barcos con el cartelito de se vende colgando. La industria náutica está tocando fondo, las ventas han caído un 70 por ciento y si antes tener un barco era sinónimo de éxito profesional ahora se ha convertido en un auténtico calvario. Hasta hace unos años, yates cuyo precio medio ronda los 5 millones de euros se vendían en España como roscas¿ Ahora sólo entran encargos del extranjero porque las ventas nacionales han caído más de un 90%. La crisis en las embarcaciones de recreo llegó cuando pinchó la burbuja inmobiliaria. Y la comunión entre barcos y ladrillo es especialmente sangrante en la Comunidad Valenciana donde el pinchazo de la burbuja ha dejado más de 6 mil amarres vacíos. Por norma general ser propietario de una embarcación de recreo se asimila a ser rico pero la realidad es otra, porque en España los dueños del 80% de la flota deportiva son personas de c