Las abejas han sido, históricamente, animales beneficiosos para el ser humano. Gracias a ellas se polinizan las flores, y esto favorece tanto a los cultivos como a la flora salvaje. Están, pues, en los primeros pasos de la cadena trófica y por eso se dice que si desapareciesen, en breve acabaría la vida en la tierra. En España, además se han convertido en un sector profesional circunscrito a la ganadería. A medida que florecen los montes, los campos de cultivo y los árboles frutales, los apicultores trasladan su “ganado” a kilómetros de distancia buscando nuevas flores que puedan libar. Un trabajo físico duro, porque se mueven cientos de colmenas, llenas, o medio llenas de miel. Pesan más de 35 kilos cada una, cerca de 50 si están llenas. Y el trabajo debe hacerse de noche, cuando están recogidas dentro de cada colmena, para no dejarlas trabajando en el campo. Una actividad que hoy en