La segunda temporada comienza en Zamora, donde Adela muestra dos animales muy representativos y amenazados de nuestra fauna, el lobo y el oso ibérico. En su ruta va conociendo proyectos que buscan la convivencia entre estos animales y el ser humano.
En la sierra de la Culebra, donde siempre ha habido población de lobo ibérico, aprende junto a Javier Talegón cómo se organiza una manada de lobos antes de estudiar sus rastros y qué nos dicen estos del animal. En Robledo visita el Centro del Lobo Ibérico, y en Santa Colomba de Sanabria habla con Alberto, un pastor que le enseñará que la convivencia de ganado y lobo es posible y necesaria.
A continuación, cambia de provincia, y en conoce al equipo de FAPAS que estudia al oso y lucha por su conservación. Finalmente, y para compensar la huella provocada por su desplazamiento, planta árboles frutales en una zona minera abandonada para intentar recuperarla como espacio natural.