¿A qué juegan los animales? ¿Todos juegan? ¿Qué dice la Ciencia sobre este comportamiento aparentemente poco útil, pero tan placentero? Jugar puede parecer una actividad intrascendente, pero tiene grandes beneficios. Por ejemplo, mejora la condición física de los animales, favorece la comunicación entre los individuos y refuerza sus vínculos. Además, que un animal juegue indica su grado de bienestar. Pero demasiado juego se puede convertir en un peligro porque los animales están más expuestos a sus depredadores. Todos los juegos tienen sus reglas, incluso en el mundo animal. No todo vale. Algunas especies hasta se invitan a jugar. Pueden divertirse solas o en grupo y utilizar objetos. Ballenas, orcas o delfines juegan, por ejemplo, con las burbujas que hacen al soplar. Pero para que los animales pasen un rato divertido, se deben dar unas circunstancias específicas. ¿Cuáles? Hoy en '¡Qué animal!' respondemos a ésta y a otras muchas cuestiones relacionadas con la vertiente lúdica de los