Muchos animales corren para no caer en las garras de sus depredadores, pero también utilizan otras ingeniosas estrategias para escapar. En ¡Qué animal! viajamos al Parque Natural de Cabañeros, en Castilla-La Mancha, para explicar cómo actúan las presas para salir ilesas. Algunos reptiles, como la culebra de collar, fingen estar muertos. Se quedan inmóviles, con la boca abierta y la lengua fuera. A los depredadores les atrae el movimiento de la presa, así que, si no se mueve, llama menos su atención. Otros animales simulan estar heridos o ser más grandes, como el clamidosaurio australiano, que extiende los anchos pliegues de la piel de la cabeza, levanta el cuello y abre la boca para parecer lo más amenazador posible. Otros se defienden expulsando sustancias químicas, como la mofeta. Este animal tiene un par de glándulas odoríferas que segregan una sustancia cuyo principal componente es el azufre. Su olor recuerda al de los huevos podridos y hace desistir a cualquiera que se la quiera c