Ban, que así se llama este perro, fue encontrado por un equipo de la Guardia Costera correteando de un lado a otro entre los escombros que flotaban sin rumbo alguno a, unos 1,8 kilómetros de Kesennuma, en la prefectura de Miyagi, una de las zonas más afectadas de la costa japonesa. El can había permanecido flotando en el mar 21 días subido al techo de una casa. Ban habría sido uno más de los cientos de perros y gatos - mascotas en general - que quedaron separados de sus propietarios tras el desastre, pero su dueña reconoció a su valiente mascota, cuando vio un reportaje de la televisión japonesa hablando de la compleja operación de rescate del animal.