La primera impresión al contemplar un holograma es la de una imagen en 3D que cambia de forma y color a medida que el observador varía su ángulo de visión. Pintar con la propia luz, esculpir con luz y tridimensionalidad ha sido probablemente el sueño de numerosos artistas a lo largo de los tiempos. El programa recoge algunos ejemplos de esta técnica como SADU, de Edwina Orr, T-GIRL de Margaret Benyon o las piezas CORTEZAS y CRYSTAL BEGINNINGS de Stephan Benton, además de visitar el laboratorio holográfico Kiosko Alfonso en La Coruña. Incluye entrevistas a los artistas hológrafos Julio Ruiz, Santiago Relanzón y Ramón Benito.