Nacida en 1962 como Charlotte Rist, ha mantenido el apodo que le dieron de niña en alusión al personaje de Pipi Calzaslargas y con él la frescura de una niña traviesa. Pero esta es sólo una de sus mil caras, ya que en el otro extremo de su repertorio de personalidades, nos encontramos con una de las mujeres mejor vestidas de Suiza. Este tipo de contradicciones se repite en sus obras, que repetidas veces muestran la belleza de lo que se considera imperfecto, débil o, incluso feo. (Clip de sangre, Porno de granos). En I'm not the girl who misses much y Absoluciones las faltas de Pipilotti juega con los fallos técnicos del video, soporte que, por otro lado, domina a la perfección como demuestran aquellos trabajos que podrían pasar fácilmente por clips músicales comerciales (Sip my ocean o Ever is over all). Para Rist ya no existe una línea divisoria clara entre la producción visual artística y comercial, y considera que entre spots publicitarios o clips musicales, se pueden encontrar obra