Enfant terrible de la arquitectura francesa y fanático del espacio, al que considera el elemento más importante en las ciudades del futuro, Jean Nouvel se autodefine como un humanista que confía en la poesía de las afueras.Metrópolis se desplazó a Paris para entrevistar a Jean Nouvel en su estudio de la rue Cité Griset, deteniéndose en sus proyectos Nemausus – un complejo de viviendas en Nimes -, y en el Instituto del Mundo Árabe, uno de sus edificios más famosos, en el que se percibe claramente uno de los pocos denominadores comunes de su obra extremadamente heterogénea: la importancia que concede a la transparencia, a la luz y a las sombras.