La Unión Soviética arrasó en esta final a su rival, un veterano equipo checoslovaco que finalizaba un ciclo de esplendor gracias a jugadores como Brabenec y Kropilac. Los soviéticos se hicieron con la victoria y sumaron su 14º oro europeo en las últimas 19 ediciones. Otro gran triunfo de un equipo histórico, con jugadores como Sabonis, Valters, Tikhonenko, Kurtinaitis o Tarakanov.