Este capítulo se dedica a Madagascar, isla africana que ha vivido una historia independiente del resto del mundo. Aquí los animales y las plantas han seguido su propio ritmo evolutivo, cuyo resultado es un lugar de patrones propios, una selva donde viven cerca de doscientas mil especies distintas de seres vivos, de los cuales ciento cincuenta mil no se pueden encontrar en ninguna otra parte de la tierra. Hábitats extraordinarios que esconden criaturas fascinantes, únicas, donde cada especie es un endemismo y cada animal una apuesta independiente en el largo camino de la evolución. Se presentan ejemplos de vegetación, en selvas tropicales o bosques espinosos, y algunos animales característicos, como los camaleones y sobre todo los lemures