El marqués ha hecho ver a su hijo Manuel la complicada situación financiera de La Promesa y éste ha comprendido que la única solución para salvar la finca es casarse con Jimena. Pero Manuel no sabe cómo conquistarla y su madre, doña Cruz, le sugiere que le regale algo muy personal. Manuel escoge para Jimena un sonajero de plata que tiene guardado desde que era un niño. Ella recibe este obsequio tan especial con mucha alegría. Los marqueses invitan a los padres de Jimena, los Duques de los Infantes a La Promesa para formalizar la pedida de mano. Jana, apenas puede ocultar la pena que le causa el avance en la relación entre Manuel y Jimena. Al menos, ha conseguido hablar con la señora Eugenia y confirmar que fue ella la que se quedó con su hermano, pero lo hizo obligada por su padre el barón. Jana, impulsiva, quiere hablar con el barón y que se lo confirme, pero María Fernández la frena. El barón es un hombre muy peligroso y antes de acusarle de nada debe tener pruebas concluyentes.