Ángela acude a un estudio de pintura junto con su numerosa familia para hacerse un retrato. Allí conoce a Paula, una artista que despierta en ella sentimientos que hasta ahora desconocía. Y en el colegio, la propia Ángela encabeza la organización del Baile de Otoño. Por otra parte, Teresa se encuentra con Nildo, un viejo conocido de Lisboa que parece buscar algo más que su amistad y que hace disparar las dudas y los recelos de la nueva profesora sobre el funesto suceso ocurrido en la capital portuguesa. Mientras tanto, Flavia y Tomás viven con intensidad su amor sin saber que pronto se verán abocados a separarse. Por último, a pesar de que le levantan el castigo, Roberta no quiere ir al Baile de Otoño, algo que sus compañeras no logran entender.