El actor Ricardo Gómez reflexiona en La matemática del espejo sobre la importancia de arriesgar, aun saliendo de la zona de confort. Carlos del Amor nos descubre un Ricardo Gómez maduro, que se enfrenta a papeles muy diferentes a aquel Carlitos de Cuéntame cómo pasó. El actor hace balance de estos últimos años y de aquella decisión de abandonar la serie que le había visto crecer. Un salto al vacío que enseguida le permitió volver al teatro y enfrentarse a nuevos retos. Sin haber cumplido los treinta, es ya todo un veterano. Un viejoven, según sus palabras, que ve cómo aquella decisión va teniendo sus recompensas. Una de ellas, volver a trabajar con Juan Echanove. Maestro y amigo, es el invitado sorpresa y nuestro cómplice en esta nueva Matemática del espejo.