A pesar de la enorme influencia anglosajona a raíz de la concesión de la franja del canal a Estados Unidos y de una composición étnica en la que tiene mucho peso el elemento africano y antillano, la huella española en la ciudad de Panamá tiene un rastro muy preciso, tanto en su arquitectura colonial como en determinadas costumbres y hábitos, herencia de una fundación a cargo de Pedro Arias Davila en 1519.