A los pies de la sierra de Guadarrama, en Segovia, entre las espesas arboledas de la ribera del Eresma, existen tres jardines singulares que tienen en común su pasado hortícola. Uno de ellos es el Parque Norte, un jardín de aire romántico, que suaviza con su vegetación la ladera abrupta entre el Alcázar y el río. Otro, ubicado en la Real Casa de la Moneda, es conocido como el Jardín del Rey, por ser uno de los lugares preferidos por Felipe II durante sus visitas a Segovia. Y siguiendo el curso del río llegamos al tercero, el Romeral de San Marcos, un viejo huerto transformado en jardín mágico por el paisajista uruguayo Leandro Silva. Un espacio elegante y armonioso con el entorno, un lugar lleno de luces y sombras, que se ha convertido hoy en uno de los exponentes más importantes de la jardinería española de finales del siglo XX. Gracias a estos lugares, la ribera del Eresma conserva su es