En 1899, el empresario catalán Eusebi Güell quiso construir en la periferia de Barcelona, una urbanización de lujo rodeada de un inmenso jardín. El Parque Güell en Barcelona, diseñado por Antoni Gaudí, supo aprovechar las características del terreno sobre el que trabajaba y transformó el paisaje árido de aquella montaña en un espacio siempre verde. El Parque Güell es un lugar de fantasía, cuya belleza profunda surge de la perfecta armonía entre vegetación, arquitectura, ingeniería y ornamentación.