Mientras los últimos focos de resistencia 'juanista' van cayendo, Isabel se debate entre imponer duras penas a los nobles vencidos o pactar con ellos. Pero Diego Pacheco, uno de los principales caudillos enemigos, se niega a capitular.
Por otra parte, Isabel no consigue concebir un nuevo hijo y atribuye su esterilidad a un castigo divino. Las sombras sobre su sucesión serán más amenazadoras cuando una sublevación en Segovia ponga en peligro la vida de la princesa Isabel, su única heredera. Isabel se sorprende al conocer la causa de la revuelta: una trama de corrupción orquestada por su fiel Andrés Cabrera.