Pacificada Castilla la Vieja, la reina viaja a la convulsa Sevilla para imponer orden y justicia. Allí debe enfrentarse a los responsables del caos en la ciudad: el Duque de Medina-Sidonia y el Marqués de Cádiz. Isabel ha de emplearse a fondo para contrarrestar el poder de los aristócratas. En Sevilla, Isabel toma conciencia del problema que representan los falsos conversos y, también allí, el médico judío Lorenzo Badoz le diagnostica su mal ginecológico y sugiere una pequeña intervención. Es posible que pueda poder concebir ese hijo que tanto anhela. ¿Será verdad?