Entre Sudáfrica y el oeste de Botswana, en el interior de la vasta y seca altiplanicie del Kalahari, se encuentra el parque transfronterizo de Kgalagadi. Aunque la vida en este país de la sed es un reto continuo para su fauna y flora, las especies del parque están perfectamente adaptadas para sobrevivir y aguantar largos meses de sequía y lluvias esporádicas e impredecibles.