Después de colocar las huellas de Gustavo en la pistola que dio muerte a Manuel, Emma tiene a Gustavo totalmente a su merced, y está dispuesta a pagarle con la misma moneda: una sola llamada a la Policía y Gustavo estará hundido. Don Vicente, en cambio, tiene otros planes¿ no quiere deshacerse tan rápidamente de su yerno. Miguel continúa investigando el misterio del reloj hallado en las viñas, ahora sin la ayuda de Ortega que ha quedado fuera del caso. Pero Miguel consigue una nueva pista.