El amor de Luis y Elena está en peligro. Sus familias están a punto de conseguir separarlos definitivamente. Ambos se plantean la posibilidad de huir juntos. Adolfo, muy afectado por la decisión de su padre de apartarle de la gestión de las bodegas, reniega de su familia, pero la reconciliación con Sofía le hará cambiar de opinión y ver las cosas de forma muy diferente. Santiago, angustiado por la posibilidad de que se descubra que Ricardo murió envenenado por su culpa, se las ingenia para coger de la casa de los reverte la botella con el vino toxico. La llegada de la televisión a la fonda no para de causar problemas entre los vecinos.