El 17 de febrero de 2008 Kosovo declaraba unilateralmente su independencia de Serbia. Belgrado la declaró ilegal pero el nuevo estado fue reconocido por Estados Unidos y buena parte de los países de la Unión Europea; lo que aumentó la desesperación de una Serbia traumatizada por años de guerras, nacionalismos, aislamiento y sanciones internacionales. Un equipo de En Portada estuvo allí para mostrarnos de cerca cómo vivían sus ciudadanos aquel momento decisivo en su historia