En Bolivia, la coca es más que una planta. Es un símbolo de la identidad social y política de gran parte de sus ciudadanos. Pero es una planta maldita. Su uso legal, y tradicional, está muy extendido entre la población indígena y sirve, entre otras cosas, para combatir el cansancio y el mal de altura, propio de la cordillera andina.Sin embargo, la hoja de coca contiene un alcaloide, la cocaína, que la convierte en objeto muy preciado para narcotraficantes.El reportaje de En Portada muestra el largo proceso de la hoja de coca hasta convertirse en cocaína. Desde su cultivo a su venta en mercados, incluido el transporte por carreteras como la de los Yungas, considerada la más peligrosa del mundo.