Testigos de la destrucción de la biblioteca de Sarajevo, Vijenica, vuelven 20 años después, a sus salas vacías. Recuerdan su esplendor y su destrucción, en la noche del 25 al 26 de agosto de 1992, como biblioteca nacional y universitaria. Aquí rememoran la guerra, sus pérdidas y la difícil postguerra, ganada por los nacionalismos y marcada por el paro y la corrupción. La biblioteca de Sarajevo simboliza las heridas y cicatrices de la penúltima guerra yugoslava, la de Bosnia, y también la difícil reconstrucción tras un conflicto que tuvo mucho de guerra civil. El cañoneo con bombas de fósforo de Vijenica acabó con buena parte de su contenido, más de dos millones de volúmenes, pero sobre todo destruyó un símbolo de un Sarajevo tolerante, lugar de encuentro de la diversidad del oriente y el occidente, de la tradición musulmana y cristiana, del mundo eslavo y germánico.Las cicatrices son visibles en los muros de Vijenica, literalmente traducido como el 'consejo'. Tras la normalidad de una