Según Naciones Unidas, Europa produce cerca de 50 millones de toneladas de basura electrónica al año, de la que gran parte acaba en los vertederos de África y Asia. En Portada ha viajado hasta Agbogbloshie, a las afueras de la capital de Ghana, para mostrarnos la otra cara de la era tecnológica; uno de esos nuevos basureros que crecen en los arrabales de África, donde la antigua basura se mezcla con nuevos desperdicios, cada vez más peligrosos y contaminantes.