Retratamos el Afganistán actual a través de los ojos de sus mujeres, que en los últimos años han ido ocupando más espacio público y alzando la voz. Las costumbres siguen pesando más que las leyes pero ellas dicen que no van a permitir que las negociaciones con los talibanes utilicen sus derechos como moneda de cambio. Tienen muy claro que no quieren volver a la prisión del burka, a mirar el mundo a través de una rejilla.