Esta semana observamos grullas comunes guiados por un hombre que se nos presenta así: "A Manolo Gómez no se le puede comprender sin un telescopio y un pájaro delante." Vive en Orellana la Vieja, Badajoz, que en invierno es tierra de grullas, y no para quieto. Sale día sí, día también, a realizar censos, a registrar las anillas que llevan en sus patas. Por eso, por su eficaz seguimiento de grullas anilladas y por la defensa de las dehesas, hábitat prioritario de estas aves migratorias, Manolo ostenta el título de Grullero Mayor que le otorgó la Asociación de Amigos de Gallocanta.