Las costas españolas están salpicadas por casi 200 faros, la gran mayoría automatizados. La niebla que a menudo envuelve nuestro litoral, también es la que a veces rodea de misterio a estas peculiares instalaciones enclavadas en tierra inhóspita y a sus habitantes: los fareros.Ser farero en España en el siglo XXI es una rareza. El escarabajo verde ha convivido con Eugenio Linares, que se ocupa del faro situado en el punto más septentrional de la península, Estaca de Bares, en A Coruña. También ha acompañado en una visita nostálgica a quien fue el último habitante del faro de La Mola, en Formentera, Javier Pérez de Arévalo.