Desde el comienzo de los tiempos la humanidad ha observado el firmamento y se ha hecho miles de preguntas. Para explicar lo que no somos capaces de tocar, primero surgieron los mitos, después las religiones y finalmente la ciencia. Hoy hacemos lo mismo que el nombre del Neolítico, sólo que ahora además de mirar el cielo, también lo podemos fotografiar.